miércoles, 21 de mayo de 2014

Burbujas (Fue un 4 de Abril)

En realidad empezó el 5 de Enero. Le dije que viniera, y para él todo el asunto se sentía como una aventura. Hacía años, años que no hablábamos, y aún más que no nos besábamos. Cuando se lo conté a Stephany (King), le dije que había sido como regresar a casa. Ícaro y yo habíamos volado la noche anterior.

Leo estaba jodiendo la pita, como se había hecho su costumbre. En mi cumpleaños la cosa había explotado, y de alguna manera tener a Ícaro los miércoles de contrabando me daba las fuerzas para decir que no. Pero eventualmente el asunto se fue al carajo, ya no tan metódica y sistemáticamente, y dejamos de vernos tan súbitamente como habíamos empezado a hacerlo.

Pop.

Una de mis cosas favoritas cuando era niña eran las burbujas. Las perseguía con la cara en alto, buscando que una reventase en la punta de mi nariz. Una tarde de invierno saliendo del colegio vi burbujas transparentes en la calle, etéreas e ingrávidas sobre el fondo gris. La promesa de un futuro feliz, esperanzadora, recordándome que llegaría un día en el volvería a sonreír.

Pop.

Pasaron exactamente dos meses, y de la nada el 4 de Abril me habló por Facebook. Bueno, de la nada no, yo le había mandado un SMS con un "en qué andas?" una semana antes. Una hora después estaba en mi sala.

Fue cariño lo que sentí, ternura en sus besos, en su desparramarse por el sillón, abrazándome mientras veíamos Sin City, en sus dedos entrecruzados con los míos. Me costaba recordar la última vez que me había sentido tan vulnerable, tan abierta. No quería conquistarlo, no quería probarle nada a nadie, simplemente quería que esté ahí a mi lado, y ahí estaba.

Quise estar con él. Esperé un mes y algo, y una noche que Carmen estaba en mi casa decidí llamarlo. Estaba casi segura que me iba a decir que no, pero igual quería escucharlo. Quería decírselo, quería que lo escuchara, y haciéndolo no sentía que perdía nada.

Pop.

Dice Carmen que igual fui un poco bestia. Que aunque mi voz fuese suave y mi tono dulce, se sentía la agresión detrás de mis palabras. Le dije lo que había sentido, lo que había querido, pero le dije que si él no quería no importaba, porque ya somos adultos y el asunto tampoco era tan serio.

"O sea, quieres que volvamos a ser una pareja." me dijo él, después de todo mi discursillo.  
"Sí. Básicamente sí. Pero... ¿tú quieres decir algo?"
"En realidad no. Lo siento."

Lo siento. La traducción de Sorry.  

Pop.

Nos despedimos en una forma muy agradable, deseándonos mutuamente bienestar y suerte. A Carmen le dio pena, y obviamente a mí también, pero tampoco era una tragedia griega. Sí, yo tenía sentimientos, pero no necesariamente nacidos de la admiración o el enamoramiento. Estaba consciente de que eran superficiales y mayoritariamente hijos de la lesbiana soledad.

Obviamente esto tiene tintes de la zorra que no pudo alcanzar las uvas. Fui rechazada, y esto sabe a derrota. Pero bueno, así son las burbujas. Eventualmente hacen

pop.

jueves, 8 de mayo de 2014

Suena el jazz en el Malecón. Cuadra arriba y cuadra abajo, con un sonido de nostalgia en la boca. Hace frío y huele a mar.

Hace poco he vuelto a soñar con el Bosque. Parecen los delirios un alma solitaria. Ya casi he olvidado cómo huele.

Casi.

Es un eco, la silueta de un fantasma en el que sigo creyendo a pesar de la abrumadora evidencia que lo refuta. Es lo que impide que me entregue, que me rinda, que me deje caer. El recuerdo que no quiero olvidar.