Hoy empieza la Cuaresma. Y ayer tuve una mala (si bien justificada, y tal vez parcialmente esperada) noticia.
Siento de alguna manera que esto me cae muy precisamente. Naturalmente ahora tengo 40 días y 40 noches para practicar el ayuno de cosas que si bien me dan un placer momentáneo, ya están causándome daño. Quiero darme este tiempo, quiero darme esta pausa y recuperarme, descansar profundamente y reparar lo que sí puede ser reparado pero que requiere rigor, trabajo y tenacidad.
Este va a ser el primer ejercicio formal de la disciplina que he estado ejercitando desde las primeras horas del año, y estoy preparada.
Leave the games behind.
Let real life begin.
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